viernes, 11 de marzo de 2011

Si la cosa se pusiera realmente mal, para ponerme mejor, estaría dispuesta a ir a terapia. Hacer ejercicio. Meditar. Conseguir novio. Buscar a Jesús. Medicarme. Normalizar mi horario de sueño. Encontrarme un hobby. Cambiar de actitud.
(Aparentemente, esas cosas ayudan a ser feliz!)(...)

Lo único que no estaría dispuesta a intentar sería cambiar mi dieta. Lo siento, pero no. Mi relación con el tocino es más fuerte, profunda e intensa que la que tengo con muchos de mis amigos.

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