lunes, 30 de mayo de 2011

Cantando en la regadera

Mis crisis depresivas me paralizan. No sé qué comer, no sé qué leer, no sé qué escuchar, no sé nada. No quiero hacer nada. Sólo quiero hacerme bolita y dormir.

Ya ni necesito excavar un hoyo para esconderme. Como no salgo de mi cama por días, a mi colchón ya se le hizo uno.

Pero algunas mañanas despierto y siento que hay que hacer algo. Y me meto a bañar.

Oooh bendita regadera. El agua sí debe ser vida. La cabeza se despeja, me siento mejooor. En cuanto me enjuague y me vista, me prepararé un enooorme desayuno y me pondré a trabajar en la tesis.

El problema es que el regaderazo no funciona para hacerme reaccionar si lo tomo diario.
Para sentir que me estoy quitando un peso de encima, que me estoy limpiando, debo dejar que mi cuerpo y mi ánimo se ensucien por unos días.

Maldito círculo viscoso vicioso.

No hay comentarios: