miércoles, 19 de octubre de 2011

Tesis

La necesidad de probar una afirmación, de cazar argumentos a diestro y siniestro, presupone una anemia del espíritu, una inseguridad de la inteligencia, pero también de la persona en general. Cuando un pensamiento nos invade poderosa y violentamente, surge de la sustancia de nuestra experiencia; probarlo, cercarlo con argumentos significa debilitarlo y dudar de nosotros.

E. M. Cioran


Escribir la tesis me ha costado demasiado trabajo. La falta de ganas es el factor principal. Pero esa falta de ganas no sólo viene de mi crisis existencial.

Encontrar un tema que quisiera trabajar me llevó meses. Me fue muy difícil encontrar autores que se acercaran a lo que yo pretendía decir. Ahora, el problema es que obviamente no dicen exactamente lo que yo pienso, así que 1. ya no estoy diciendo lo que me hubiera gustado, 2. me cuesta demasiado trabajo plasmar en papel lo que traigo en la cabeza.

No entiendo por qué hacerme escribir una tesis, si todo lo que quiero decir tengo que decirlo argumentando con ideas de alguien más. No puedo hablar desde mi propia experiencia, expresar mi propio pensamiento (por muy sencillo que sea), porque no soy reconocida académicamente o algo así. Para qué, entonces, hacerme redactar un compilado de citas de otras personas, cuando se les puede leer directamente.

Mi tesis me está costando demasiado trabajo porque no se me permite hablar a mí.

2 comentarios:

Juan Ramón V. Mora dijo...

Es lo malo de la academia, que requiere siempre ser "legítima". Chupar sangre a lo loco. Mejor trate de dialogar con lo que cita y así se los quita un poco de encima.

Atte: Juan Ramón.

Andy dijo...

odioooooooooooo la tesis! es un castigo divino cada que etsoy frente a la lap con el che documento frente a mi piensoq eu debi haber hecho algo horrible y que la tesis bien podria llamarse karma