lunes, 31 de octubre de 2011

Creo que nunca he vivido un mes tan extraño como este Octubre. Vivido es la palabra clave.

Pasé muchas cosas.
Cosas que me habrían dejado muy contenta, y me habrían levantado el ánimo un rato(te).
Cosas que me habrían aclarado el universo y sus modos.
Cosas que me habrían hecho reconsiderar otras tantas cosas.

Pero lo que en realidad pasó fue nada.


Hace algunas semanas, todo me molestaba. Todo. Estaba de mal humor siempre y cualquier cosa me hacía explotar.
Después de eso, por un rato todo me daba ganas de llorar. Con todo me refiero a cualquier estúpida cosa. Pero las lágrimas nunca llegaban.
Al final volví a la etapa en la que todo me molestaba. Con una enorme diferencia: las cosas me molestaban un rato, y después se me pasaba y me dejaban indiferente.

Y así sigo.
Ya nada me importa lo suficiente, todo me da igual.


Ha sido muy extraño. Últimamente la vida pasa y no la siento. Es como ver
todo el tiempo a alguien más haciendo cosas, y saber cómo se sentiría experimentar lo que le sucede. Pero sin sentirlo, a pesar de que ese alguien soy yo misma.

Creo que me asusta un poco. Pero en realidad no lo sé, porque no siento miedo.
No siento nada.

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