- Ser una mantenida y que tus padres sólo te den dinero cuando vas a la escuela.
- No salir de vacaciones por creer que hay trámites escolares que debes hacer... y que no los haya.
- Quedarte sin celular porque tu hermana (la que sí salió de vacaciones) se llevó el cargador, y tu aparato se rehúsa a cargar batería vía USB.
- Que toda tu familia te agarre de niñera, porque saben que no tienes nada mejor que hacer y por eso no puedes poner pretextos.
- Que tus amigos sepan que sigues vivo por tu twitter.
- No tener nada que hacer y que no haya nada en la tele.
- Que sean capítulos repetidos de tu programa favorito semana tras semana, todas las vacaciones.
- Que de todos modos los veas.
- No tener contacto social y traumarte con cualquier idiotez que ves en YouTube (por su propio bien, espero que a Andrew Lee Potts no se le ocurra visitar mi ciudad).
- No acercarte a tu mochila hasta el último día, y entonces darte cuenta de que tenías copias que leer / un ensayo que escribir / apuntes que pasar en limpio / autores que investigar / temas que repasar / todas las anteriores.
- Tener dos meses para hacerlo, y nunca terminar de limpiar tu cuarto.
- Cortarte el cabello el último día, y no al principio de las vacaciones, por si no queda como esperabas y si es necesario, poder esconderte dos meses hasta que crezca de nuevo.
- Ver películas malísimas en las madrugadas sólo porque sale Robert Downey Jr.
- Olvidar hacer el intento de reajustar el horario de sueño una semana antes de reanudar actividades.
- Comer cada que no tienes nada que hacer y sorprenderte cuando ya no te queda tu ropa.
- Enojarte con tus amigos por tener vida y no conectarse a las 3 am a desaburrirte.
- No avanzar nada de tu lista de lectura.
- No poder dormir.
- Vivir a base de salchichas y queso para nachos.
Mañana comienza mi seminario de tesis... estoicos, allá voy