Si hay una persona que de verdad sabe cuál es su vocación, es una de mis primas de Monterrey. Desde que éramos niñas, ella quería tener un salón de belleza; y a pesar de poder pagarse sus estudios (así dice mi papá de los universitarios, como si estudiar otros niveles fuera de a gratis), decidió meterse, sin dudarlo, a tomar cursos de errr no sé cómo se dice, técnico en belleza? jajaja.
Discutible? sí, pero no me meteré en eso.
Sólo diré que, desde que comenzó a tomar clases para aprender a hacer todo eso y cuando voy de vacaciones, me convierto en su cochinilla de indias. Me ha tocado de todo: cortes de cabello, mi primera depilación de ceja (tenía 17 años y aún me duele cuando me acuerdo jajajaja), pruebas de maquillaje...
Pero lo peor, lo peooor que me ha hecho esa mujer, fue ponerme decoración de acrílico en las uñas, apenas el sábado pasado.
Ni siquiera me puso uñas falsas. Se me hizo demasiado traer pulgada y media sobresaliendo de mis deditos torpes, así que sólo dejé que pusiera plastas de decoración en mis uñas.
Duele. Te tienen que limar las uñas para hacerlas más delgadas, y que las decoraciones no formen un montículo; el chiste es que no se vea tan falso, o eso me dijo ella.
Que no se vea tan falso mis bolas. Quién demonios tiene las uñas verdes, con papelitos tornasolados que brillan!?
Aaah porque además, como ya es costumbre de la humanidad, asumió que mi color favorito es el verde limón (por culpa de mis lentes), y no llevaba otro más discretito.
Total, después de reducir el grueso de mis uñas por medio de la fricción (joder, dolor y quemazón), comenzó a aplicar las decoraciones con ayuda de un pincel y un líquido que apestaaa, ni siquiera tengo palabras para describirlo.
Después, les untó no sé qué para darles un "tono rosado", más líquido pestilente, y metió mi mano en una maquinita misteriosa para que se secaran; quedaron duras, gruesas y brillositas.
Nunca, nunca nunca, había traído algo tan incómodo. A pesar de no haberme puesto uñas postizas, las decoraciones se atoran en todas partes, así que se ven como sucias por todo lo que han ido incorporando al diseño arrancándolo de su lugar original, como pedazos de alfombra y algunos de mis cabellos.
Mas eso no tiene importancia. Lo que jode es que, cada vez que se atoran en cualquier sitio, o me pego (aunque sea quedito), o me rasco, o lo que sea, duele horrores porque mis uñas naturales como que se jalan y el tirón, aaau.
Entonces, qué es lo que la brillante de su insegura servidora hizo apenas llegó a su casa y prendió la televisión?
Intentó quitarse la maldita decoración, arrancándola.
Sobra decir que no me he podido deshacer de ni la mitad de las mungas éstas, pero duele demasiaaado... sin embargo, no me rendiré; tampoco quiero que un mugre compuesto plástico me gane.
Alguien sabe cómo demonios me las saco!? Eso de se te caen como en un mes me provocó un ataque.
Moraleja: no importa lo que te digan, morderse las uñas duele menos, y no se ve tan ridículo.
Última vez que me dejo, he dicho.