sábado, 2 de abril de 2011

I couldn't tell if you were boy or girl ♪

El jueves que, como cada semana, visité a mis sobrinos, me enteré con horror que el mayor de ellos ha entrado a la pubertad.

Creo que sentí feo porque realmente no lo esperaba; siento que es muy chiquito para eso aún.

Y es que si tomamos como ejemplo mi caso, esa etapa no sólo me llegó muy tarde, sino que a los 23 años sigo sin estar segura de que me crecieron las bubis
(y ni hablar de un desarrollo y/o madurez intelectual o emocional...)

Con algo de pena he de decir que, aparentemente, no soy la única con esa duda.

Esa misma tarde esperaba el RTP para regresar a casa. Una señora se me acercó para pedirme cambio, y establecimos la consabida conversación
(señora) ya tardó en pasar
(Memmis) va a venir bien lleno
(señora) y con el calor que está haciendo...

Un momento después, se veía venir ya el RTP a lo lejos. Y qué suerte, era el RTP rosita!

Dejé subir a la señora primero, y cuando ya me disponía a depositar el importe de mi pasaje en la alcancía, escuché que el operador de la unidad me decía
(chof) Servicio sólo para damas.

Yo sé que, de por sí, no soy muy agraciada, y además suelo no echarle muchas ganas a eso de verse bien; sé que siempre he dicho que mi cara tendría más sentido de haber sido niño, y que en mi casa alguna vez nos reímos porque en la colonia llena de guarros donde vivimos, nadie me chifla nunca (que bueeeno, tampoco es que me haga falta).

Es un hecho de mi existencia con el que aprendí a lidiar hace ya algo de tiempo; no es que no me moleste (aunque no me molesta mucho, tampoco), sencillamente la vida sigue.

Pero taaanto asííí?

No pude evitar el sentirme un poco mal. Sobre todo cuando escuché a la señora decir
(doña) Pero estaba hablando con ella en la parada!
como explicando que al menos mi voz sí es de niña, pero viéndome detenidamente, como evaluando su primera impresión.

El chofer me dejó subir, pero no me pidió disculpas, y no se le veía muy apenado tampoco (que igual le pasa a cualquiera, no es para tanto, supongo). Me pasé hasta atrás mientras todas las viejitas me veían, y cuando me bajé, me sentí obligada a regalarme una dona de chocolate.

Es una tristeza chiquita que todavía siento en mi panza.

Tres cosas:
- No importa qué tanto suba la temperatura las próximas semanas, ya no me voy a rapar
- No volveré a burlarme en mi cabeza de los señores que hacen berrinche cuando pasa primero el RTP de servicio exclusivo para mujeres
- Si consigo boleto para los Mystery Jets y se les ocurre tocar la canción de la cual me robé el título de mi entrada voy a chillar.

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