sábado, 13 de junio de 2009

Eat, sleep, read, repeat

Suelo no presumir, pero sí decir bastante, que uno de mis mayores placeres (tal vez el mayor) es leer.

Mi mamá asegura que aprendí a leer antes de los tres años, y yo sola. Según me cuenta, ella o mi papá me leían cuentos o el periódico (ella cuentos, él el periódico), y mientras lo hacían iban señalando con el dedo la parte que me estaban contando. Y que un día, le dije ven, siéntate, te voy a leer y me puse a contarle uno de mis cuentos. Al principio pensaron que lo recitaba de memoria, pero por curiosidad mi papá me pidió que leyera el encabezado del periódico.
Aparentemente sí lo hice.

Sea como sea (antes de mis tres años o no), desde que aprendí a leer, es probablemente la actividad a la que le dedico más tiempo (excepto dormir, claro).

En alguna ocasión George me preguntó qué me llevaría a una isla desierta, una caja de libros o una de discos.
Libros, por supuesto. Sin dudar. Sufriría sin música, pero sin poder leer nada no podría. Las canciones al menos están en mi cabeza. Las letras también, pero no del mismo modo. Y hay tantas que no conozco...

Y estoy segura de mi respuesta porque, incluso ahora, no he dejado de leer.

Tengo por costumbre hacer una lista de los libros que voy leyendo. Anoto en esa lista sólo aquéllos que leo completos, y al final del año cuento cuántos fueron. Es un modo muy burdo de saber qué tanto leí, porque hay libros largos y cortos, fáciles o difíciles, ligeros y pesados de leer. Pero para mí, en cierto modo, es un indicador.
El otro día se me ocurrió contar los que llevo este año y bueno, si la cosa sigue como va, no leeré ni la cuarta parte de lo que leí el año pasado.

Eso me freakeó un poco. La cosa en verdad está taaaaan mal, mis ánimos están tan por los suelos y todo me da tanta fiaca como para que yo haya dejado de leer!?

No.

Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que no es que ya no lea. Es que ahora duermo más.

Dormir ha sido, desde hace un rato ya, mi manera de evasión más práctica, por lo que la ejerzo siempre que puedo jajajajaja.

Pero leer es sin duda, mi mejor manera de evasión. Sumergirse en otros mundos, convertirse en otra persona, vivir diferente…

Primero dejaría de dormir que dejar de leer. Porque el sueño es otra realidad, pero incluso si es sólo a nivel subconsciente, sigue siendo mía.

La lectura no lo es.
Y me es más fácil lidiar con realidades ajenas e inexistentes que con la mía.

3 comentarios:

Fabs dijo...

Mujer, ya vamos a que saques tu credencial a la Vasconselos, está bien padre...

Regina Sienra dijo...

Por eso soy yu fan ^^
a mí ya se me fue el hábito de leer taaanto

P.S: 3 años! como Sor Juana! Serás la mujer mexicana más importante del siglo... si quieres =S

Muñeca de Ojos Tristes dijo...

Me encantó tu nuevo post Memmis. Es algo con lo que me puedo relacionar. Amo leer, sólo que últimamente he estado perdiendo la costumbre, ya sea por falta de tiempo y/o ganas, el caso es que ya hasta mi mamá ha comentado que ya ni leo porque me la paso usando la lap o durmiendo. Ahorita estoy leyendo un libro de Milan Kundera llamado El Arte de la Novela y está interesante.
Yo debería hacer una lista también, nomás que la mía daría vergüenza por lo poco que leo en la actualidad. =$