Además de mi horrorosa nariz, el otro rasgo notable de mi físico heredado de mi madre son los dedos de mis pies.
Son cortos, gorditos y el meñique está semi-pegado-escondido detrás del anular.
No sé si eso sea relevante en cuanto a mi dificultad de cortarme las uñas de los pies se refiere.
Siempre comienzo con la pierna derecha. Lo que hago es sentarme en el borde de mi cama, subir y doblar la pierna (de modo que mi pie quede apoyado en el colchón) y agacharme; en esta posición, mi rodilla queda a un costado de mi cabeza, lo cual es medianamente peligroso.
Estando así agachada, con la pierna estorbando, me corto las uñas pasando el brazo por fuera; la rodilla a veces dificulta un poco la visión, pero en realidad creo que las uñas me quedan chuecas, disparejas y "con piquitos" porque no soy muy hábil (he ahí el por qué del peligro de mi rodilla pegada a mi cabeza - mi nula habilidad).
Con la pierna izquierda el proceso es diferente. En vez de subir la pierna, lo que hago es doblarla como si fuera a sentarme "como chinito", así que me corto las uñas con el pie volteado "de cabeza".
La ventaja es que mi rodilla no estorba; la desventaja es que las uñas me quedan aun más chuecas.
Creo que sobra decir que nunca uso ni huaraches ni chanclas.
Dato estúpido y sin sentido: el dedo meñique de mi pie izquierdo se llama Jimmie.
2 comentarios:
Gracias memmis mon cherry, es la primera vez que alguien me dedica un post. Me puso contentonta. Saludos a Jimmie, jajaja!
Jaja no le digas horrorosa a tu nariz que la mía es casi igual, pero chueca!!! jaja Sigo leyendo...
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