jueves, 17 de enero de 2008

I keep my head up high to ease my mind of all these true sensations

Yo soy de esas personas que no saben qué hacer con su tiempo libre. Que intentan leer mientras escuchan el radio y escriben mientras ven televisión (y luego me sorprende mi propia idiotez).

Y aunque hago el intento de mantenerme ocupada, siempre termino divagando. Soy super dispersa. Así que, cualquier momento libre que tenga, ya sea que esté viendo la tele, escuchando el radio, o haciéndome mensa en el Messenger, si no tengo alguna obligación que cumplir (dígase tarea), terminará siendo ocupado por mis meditaciones acerca de mi existencia.

Y usualmente llego a tres conclusiones:

- En ocasiones puedo llegar a ser una muy mala persona: Soy super zafia, bastante kool-aid y suelo no pensar lo que digo.

- El querer a una persona sólo implica que ese alguien tiene el poder de lastimarte: piénsenlo. A poco no?

- No le he aportado nada a la humanidad. Ni a nadie en general: pensamiento recurrente. No puedo evitarlo. Me pregunto cómo serían las cosas si yo no estuviera y... no encuentro diferencias. Al menos, no son notorias. Incluso llego a pensar que la gente estaría mejor sin mis molestias.

Jajajajajaja lo sé. Pesimismo total. Siempre he sido así. Son ideas que, de cierto modo, guían mi vida y mi manera de actuar. Porque, al menos en mi caso, las considero verdades.

Y, sin embargo... sigo aquí.

Lo que quiero decir es que, si el panorama es tan gris tirándole a negro (haga lo que haga, saldré lastimada, y de todos modos no valdrá la pena porque no habré hecho nada importante), no sería incoherente intentar desaparecer. Si el balance saldrá negativo, ¿Qué caso tiene esperar a ver qué sucede? Sobre todo, considerando que soy una cobarde en lo que a vivir se refiere y que la negatividad domina mi vida.

Pero no. Aún estoy aquí.

Me pregunto si, para evitar pensar ese tipo de cosas, soy tan ociosa: para mantenerme ocupada con cosas sin importancia que no me hagan filosofar.

Y me pregunto, más que nada, qué es lo que me mantiene en este plano existencial.

2 comentarios:

Sarah dijo...

El tiempo libre es peligroso, y es lo que nos conduce a este pesimismo existencialismo cuestionable.


Saludos

Me sentí algo identificada con tu texto :)

Anónimo dijo...

tal vez deba usted canalizar esos debrayes filosóficos a otras cosas, más o menos importantes