miércoles, 16 de enero de 2008

They scream and they shout for the boys in the band

Ser fan de algo o alguien es una situación muy rara. Porque no es sólo que algo te guste, nooo, se convierte en una mini-obsesión. Quieres verlo, oírlo, tenerlo todo. Tienes que saberlo todo.

Y además, crees que tienes el derecho de opinar acerca de tu objeto de adoración. Argumentados o no, emites juicios a lo estúpido. Como si poseyeras aquéllo que estás juzgando.


Y después llegas a extremos imbéciles, como creerte mejor que otros fanáticos (y en ocasiones hasta les haces competencia), como si no estuvieran igual de traumaditos que tú, y tú no fueras tan idiota como ellos.


Yo soy así. Y he emitido juicios idiotas por todo, desde el horroroso corte de cabello de Messi (nótese la opinión, como si eso influyera en su manera de jugar) hasta la ropa que Brandon Boyd usa en su tiempo libre.


Me gustaría pensar que no me la creo tanto como otros, que opino para reírme un rato o distraerme. Pero sería negar la realidad - me creo una autoridad en lo referente a mis traumas.


Por ello, me siento en el derecho de decir:



Nooo alguien dígame que no es cierto!!!

Alguien niégueme que Carl Barat se casó con esa... cosa!!!

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