El año pasado, los Reyes no me trajeron nada (buuuh). Así que decidí regalarme algo yo misma.
Y me regalé un Cartman.
Cartman siempre ha sido mi personaje favorito de South Park. Vayan a saber por qué, si Butters es tan genial, jaja.
En fin. Iba yo caminando por la calle tranquilamente cuando lo vi: un Cartman enooorme, totalmente abrazable. Lo compré. Tiempo después, descubrí que habla, jaja, cuando le aprietas su adorable manita izquierda.
Desde entonces, se ha convertido en uno de esos objetos indispensables. Hasta platico con él, y él me apoya échandome porras cuando lo necesito (Kick ass!), o bajándome de las nubes, poniendo mis pies en el suelo de nuevo (You're being totally immature). Incluso va a la escuela a tomar apuntes cuando me siento mal.
Que no los engañe su cara enojada. En ocasiones es muy amable, acompañándome a hacer mis mandados, o incluso compliendo con mis deberes (ahí lo podemos ver tomando el Pumabús). Claro que eso lo vuelve una persona muy poco modesta (I just kicked ass!), pero bueno, se le agradece siempre.
Claro que, es tan difícil lidiar conmigo, que no me reclama nada, pero en ocasiones no puede soportarlo. (Aunque en ocasiones también creo que ese intento de suicidio fue ocasionado por su negación total de la realidad acerca de su salud, por la cual lo cuestiono constantemente, y a lo que sólo me responde I'm not fat, I'm big boned!)
Es un gran amigo. Ojalá todos tuvieran uno así.
Jajajajajaja este año los Reyes tampoco me trajeron nada (los muy mugres!!!). Y yo no tengo dinero para regalarme algo, buuuh.
1 comentario:
hey memmis, ésta entrada esta muy buena, si hubiera premios de entradas más mejores de blogs yo propondría ésta
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